CIRUGÍAS DE MAMAS

A medida que pasan los años el pecho de la mujer se ve sometido a cambios estructurales y funcionales que junto a la inevitable gravedad hacen que el pecho se torne flácido y caído. Los cambios de volumen por alteraciones en el peso, por los embarazos y la lactancia, junto con la involución que sufre la glándula mamaria por los cambios hormonales fisiológicos, los cambios en la elasticidad cutánea, el exceso de exposición solar y la falta de uso del sujetador son factores determinantes para el desarrollo de un pecho caído y flácido.
Mastopexia o elevación de pecho
En muchas ocasiones la caída del pecho se debe a un exceso de volumen. En cualquiera de las situaciones anteriores está indicado realizar una Mastopexia, una intervención quirúrgica con la que elevamos un pecho caído y mejoramos su forma.
En la Mastopexia la areola y el pezón ascienden hasta su posición correcta y deseada. Cuando además nos encontramos con una areola grande, ésta puede reducirse de diámetro. Y si es todo el pecho el que tiene exceso de volumen, éste se reduce al tamaño ideal, adquiriendo una forma rejuvenecida. La mejor candidata es la mujer que tiene expectativas realistas tratando de mejorar sus dolencias y aspecto, más que aquella que busca la perfección.
El Preoperatorio
Como toda operación estética que precise cirugía, para una elevación de pecho es necesario un preoperatorio que el cirujano le indicará en consulta (analíticas –análisis de sangre y electrocardiograma-, cuidados especiales, así como la lectura y firma del Consentimiento Informado).
Se le darán instrucciones acerca de cómo prepararse para la cirugía. Al ser la intervención con anestesia general, deberá cumplir con el ayuno prescrito de sólidos y líquidos durante las 6 horas anteriores a la intervención. Es importante que cuente con algún familiar o acompañante que pueda llevarla a casa cuando se le dé el alta, y que, en caso necesario, pueda ayudarla y cuidarla durante el postoperatorio.
La Operación
Es fundamental realizar una elevación de pecho en un centro hospitalario que cuente con todas las medidas de seguridad, como disponer de una unidad de cuidados intensivos y siempre bajo el estricto control por el anestesista en el quirófano. Una vez dormida la paciente a la que se realizará la elevación de pecho, se esteriliza el campo quirúrgico y se procede a la operación. Su cirujano le informará de qué medidas habituales y extraordinarias tiene en cuenta por su seguridad durante la intervención de elevación de pecho, así como durante el postoperatorio a medio y largo plazo. El cirujano elegirá el producto y los medios técnicos y humanos que considere mejor para sus pacientes. La duración de la operación es de 2-3 horas y varía fundamentalmente en función de la anestesia empleada, de las características anatómicas de las mamas y de la técnica empleada.
La hospitalización suele ser ambulatoria, aunque en ocasiones es necesario el internamiento durante 24 horas. La intervención consiste en elevar el pecho caído, remodelar la mama y situar el complejo areola-pezón en una posición más alta. Para ello es necesario extirpar el exceso cutáneo y adaptarlo al volumen mamario que va a quedar, teniendo en cuenta que: a) cuando el pecho está prácticamente vacío es necesario asociar la colocación de una prótesis que añada volumen; b) si existe cierto volumen se realiza la elevación de pecho extirpando exclusivamente el exceso de piel y remodelando la mama; c) cuando el volumen mamario es excesivo se asocia a la extirpación de tejido mamario graso-glandular (Mamoplastia de reducción).
Existen múltiples técnicas para realizar la elevación de pecho. La elección depende de las características de la mama y de la preferencia del cirujano; en esencia se pueden resumir dependiendo de las cicatrices que originan: cicatriz periareolar pura; cicatriz en “T invertida”; cicatriz en “J” o en “L”; cicatriz vertical. Las tres últimas también dejan cicatriz alrededor de la nueva areola. La “T invertida” deja una cicatriz vertical que se extiende desde el polo inferior de la areola hasta la mitad del surco submamario. La cicatriz en “J” o en “L” es como la anterior pero la cicatriz horizontal se extiende desde el centro del surco submamario hacia las axilas. Las de cicatriz vertical solo dejan cicatriz desde el polo inferior de la areola hasta el centro del surco submamario.
La técnica de la elevación de pecho varía según la forma y el grado de descolgamiento del pecho. Si el pecho está caído pero es pequeño, aumentamos su volumen colocando una prótesis bajo la glándula mamaria. Estamos hablando entonces de un tipo llamado Mastopexia con prótesis. Cuando el pecho tiene un tamaño adecuado no es preciso colocar ningún tipo de prótesis. Para llevar a cabo una elevación de pecho es preciso realizar unas incisiones alrededor de la areola y desde la misma hacia el surco submamario. En ocasiones, cuando el grado de flacidez del pecho es máximo, necesitamos realizar otra incisión horizontal en el surco submamario que intentaremos sea lo más corta posible.
El Postoperatorio
Tras la operación de elevación de pecho la paciente deberá tener reposo de los brazos, con el fin de evitar desplazamiento de los implantes o sangrado. Son habituales la inflamación y el dolor tras la operación de elevación de pecho, aunque ambas dependen de la técnica utilizada y del factor individual de cada cirujano y tipo de intervención. La elevación de pecho precisa analgesia, ya que el postoperatorio es doloroso. Con buena analgesia y una baja laboral de pocos días, la paciente que se somete a una elevación de pecho puede incorporarse a trabajar antes de una semana, si el trabajo no implica gran actividad física. Todos los puntos son retirados en menos de 3 semanas.
Cierto es que no debe realizar, durante la recuperación, movimientos bruscos, ni levantar peso ni elevar los brazos por encima de los hombros; evitando esfuerzos con los brazos ya que dichos esfuerzos en las siguientes semanas tras la operación de elevación de pecho podrían producir dolores, incomodidades o contracturas del músculo pectoral. Una vez concluida la estancia hospitalaria tras la elevación de pecho, la paciente debe seguir el tratamiento médico aconsejado, recomendándose además dormir boca arriba, mantener un sujetador específico o un vendaje, y no conducir ni, como ya hemos mencionado, hacer esfuerzos en los días siguientes a la operación de elevación de pecho. Los ejercicios como correr, nadar o levantar pesas son los que la paciente que se ha sometido a una elevación de pecho más tarda en realizar de nuevo. El ejercicio físico intenso podrá reanudarse entre un mes y medio y dos meses. Aunque la mejoría será progresiva en los meses posteriores, el aspecto ideal se verá pasado un año, ya que entonces las cicatrices serán menos visibles y la forma más estable.
